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La envidia

En general, se dice que alguien tiene envidia cuando desea mantenerse en una posición igual o beneficiarse de lo que ganó otra persona.

La envidia no es exactamente una adicción o un acto de maldad; Puede ir y venir en una fracción de segundo. Es la reacción inesperada que alguien puede tener cuando ve que un conocido suyo, un hermano, recibe un favor o un punto culminante.
Obviamente, esta actitud es perjudicial para el propio agente, que lleva una parte de «veneno» dentro de sí mismo.
Dentro de la masonería, vemos, desafortunadamente, la presencia de personas envidiosas, que sufren cuando alguien es elegido para un alto cargo, o cuando un autor lanza un nuevo trabajo, o cuando un hermano recibe un premio.
Como la envidia es una reacción negativa, debe eliminarse de inmediato; los actos de falta de amor lastiman a los que no aman; la envidia siempre va acompañada de otro sentimiento menor, como la codicia, y lo que sea negativo, la masonería repele y evita.
La reacción contra el «pensamiento celoso» es el aplauso inmediato y el regocijo con el que
agraciado por algo a lo que aspiramos.
Esta actitud negativa ocurre no solo dentro de la Logia Masónica, sino también en el mundo
profano.
Es dentro de la Logia donde ejercemos una reacción contra la envidia y el mundo profano se beneficiará de ella.