La filosofía masónica de primer grado, está directamente ligada a los procesos de enseñanza y aprendizaje de los conocimientos propios de la Orden, donde se practican los usos y costumbres del Rito.
La instrucción se entrega como se da la palabra: “al oído”, o en secreto entendimiento y “letra por letra”, es decir, partiendo de los primeros elementos y con la activa cooperación del aprendiz, cuyo progreso no depende de lo que reciba, sino de lo que encuentre por sí mismo para que pueda pulir su piedra interior, con sus propios esfuerzos, por el uso que hace de la instrucción recibida como medio e instrumento para descubrir la Verdad, que es un atributo divino y el fundamento de todas las virtudes.
Este método de enseñanza y aprendizaje, caracteriza y distingue la instrucción iniciática masónica de la educación profana. El objeto de educación profana, es simplemente el de comunicar determinados conceptos o conocimientos, preocupándose muy poco de la opinión que el discípulo pueda formarse de los mismos, y ademas los empuja a que solo repitan tal como le han sido comunicados. En cambio para la instrucción masónica, esto representa únicamente el punto de partida; y lo esencial es la opinión que cada uno de los hermanos se va formando por sus propios esfuerzos y razonamientos en base a la luz que va recibiendo.
Despues de haber recibido su salario con los Principios o rudimentos de Verdad, que representan la opinión y el resultado del esfuerzo personal, El Aprendiz debe seguir un período silencioso de estudio, investigación y reflexión individual, en el cual comienza a pensar por sí mismo, avanzando con sus propios esfuerzos por el camino que se le ha indicado.
Dos características fundamentales se presentan en este proceso de enseñanza, al entonces profano, en la ceremonia de iniciación: la Iniciática y la Simbólica.
El significado y la interpretación de la palabra Iniciación, está derivada del latín “initiare”, que tiene la misma etimología de “initium”, “inicio o comienzo”, viniendo las dos de “in-tere”, “ir dentro o ingresar”. Así es que hay en ella el doble sentido del “ingreso en” y del “comienzo o principio de” una nueva cosa. En otras palabras, Iniciación es la puerta de entrada que conduce a un nuevo estado moral o material, en el cual se inicia o comienza una nueva manera de ser o de vivir.
La Ceremonia de Iniciación en todas las tribus y sociedades desde la antigüedad, es la que crea un vínculo estrecho entre los miembros que la componen.
Este nuevo estado, esta manera de ser y vivir, son los que caracterizan al “iniciado” y lo distinguen del “profano”;
Así pues, este ingreso no puede considerarse únicamente como material, ni puede ser solamente la recepción o aceptación en una determinada asociación; sino que debe considerarse fundamentalmente como el ingreso en un nuevo estado de conciencia, a una manera de ser interior, de la cual la vida exterior es efecto y consecuencia. En otras palabras, se necesita, un nacimiento o renacimiento interior, una transformación del íntimo estado de nuestro ser para efectivamente iniciarse, o ingresar, en una nueva visión de la realidad. La nueva manera de pensar, vivir y obrar son las que caracterizan al Iniciado y al Masón verdadero.
Por esta razón, el símbolo fundamental de la iniciación es el de la muerte del estado profano, para renacer en una nueva vida.
En el primer grado de Aprendiz está la Cámara de Reflexión, que constituye el primer eslabón ceremonial de las pruebas y de las enseñanzas masónicas; se trata de un cuarto pequeño pintado de negro que representa las tinieblas, al enigma y al misterio. Su aspecto fúnebre tiene por objeto dar la impresión de todo aquello que nos resulta incomprensible y de lo que ante nuestros ojos aparece inexplicable.
Esta Cámara está llena de símbolos y cada uno de ellos tiene un significado al igual que en los del propio Templo. Ésta representa el centro de la tierra donde germina la semilla antes de nacer y ésta se pudre para dar lugar a una nueva vida.
En la mesa se halla una calavera que simboliza lo efímero de la vida terrenal. El reloj de arena simboliza el paso del tiempo para el ser humano.
El azufre el espíritu. La sal la sabiduría y la ciencia. El mercurio la vigilancia y la moderación (estos tres símbolos son alquimistas).
El espejo muestra la imagen real o la que creemos que es real. Nos enfrenta a nosotros mismos.
El pan y el agua son los alimentos necesarios para alimentar al hombre. También simbolizan que sin alimento no puede haber desarrollo material ni intelectual. Hay que tener presente que el ser humano tiene derecho a una vida digna y a alimentar su cuerpo para mantenerse vivo.
Las siglas del VITRIOL significa: visita interiora terrae, rectificando, invenies occultum lapidem (visita el interior de la tierra y rectificando encontrarás la piedra oculta).
La parte filosófica del Aprendiz a través de los símbolos que se hallan en la Cámara de Reflexiones y en el interior del Templo, sería llegar a conocerse a sí mismo y solamente puede ser hecho por él, ya que se trata de un trabajo de introspección que debe ir elaborando con los conocimientos que va adquiriendo a través de los trabajos que se presentan en el Taller y con perseverancia.
Un símbolo muy importante para el Aprendiz es la piedra bruta que trabajándola con el cincel se va transformando en piedra cúbica, que sería igual al perfeccionamiento del Aprendiz-Masón.
La humildad es el puente de unión entre todos los hermanos masones, porque el hecho de despojarse de los cargos profanos, ayuda a encontrar el significado del lugar que ocupa cada uno en la Logia y tener un trato de igual a igual.
El trabajo del Aprendiz es el de descifrar los misterios de los símbolos de la Logia; los misterios materiales, que son los elementos que componen el Templo y los misterios litúrgicos, que son las actividades que se desarrollan en él: el significado de los ágapes, brindis y otras ceremonias como reconocimientos matrimoniales, de lubetones, o fúnebres, tenidas solsticiales de invierno y verano. Montar el Templo y servir a los hermanos.
Para el Aprendiz, prevalece la escuadra, como el símbolo más importante, ya que debe aprender disciplina y rectitud antes que cualquier otro valor.
El papel del Aprendiz en la Logia aporta nueva sabia al Taller y estimula a los Hermanos de grados superiores, en transmitir los vastos conocimientos que éstos han ido adquiriendo a lo largo de los tiempos.